Prof. CARLOS SARCO LIRA
Los embalses de Pao Cachinche y Pao la Balsa son los depósitos de agua que suplen la aducción total del Acueducto Regional del Centro. El proceso de potabilización de sus aguas se lleva a cabo en la Planta de Tratamiento Alejo Zuloaga, ubicada en las cercanías de Valencia. El principal aporte hídrico de estas represas proviene del Río El Paíto, el cual acusa un alto grado de contaminación como producto de los detritus provenientes de las actividades agrícolas e industriales que se desarrollan en sus riberas y de las aguas servidas originadas en los municipios Los Guayos y Carlos Arvelo, cuyas plantas de tratamiento acusan serias deficiencias.
Por otra parte, como parte del proceso de descontaminación del Lago de Valencia, las aguas del Río Cabriales que no es mas que una cloaca abierta putrefacta y maloliente, fueron desviadas también hacia el embalse de Pao Cachinche. A todo ello se agregan las inmundicias del caño la Yuca y del Río La Arenosa y de no se cuantos afluentes cloacales más. Todo ello agravado por la decisión gubernamental de bombear hacia allá varios miles de litros por segundo, desde el también contaminado Lago de Valencia para contener el avance de las aguas de este hacia los centros poblados de sus riberas.
La Planta Alejo Zuloaga, construida para potabilizar aguas fluviales con escasos niveles de polución, se ve rebasada en su capacidad por el volumen y las características de los contaminantes orgánicos e inorgánicos presentes en las aguas. La presencia de contaminantes es masiva y variada: desde excrementos humanos y animales, hasta fósforo, nitrógeno y aluminio, pasando por la profusión incontrolada de la Bora y la Lenteja de Agua (lemna) que amenazan con eutrofizar los depósitos y cursos de agua. Además de desechos sólidos de todo tipo que son arrojados por gente inescrupulosa.
La repuesta inmediatista ha sido la de incrementar, por ecncima de los niveles de tolerancia, la clorinación de las aguas que se distribuyen a través del Acueducto Regional del Centro. Afirman además, los grupos ecologistas que se está utilizando sulfato de aluminio en los embalses para precipitar las heces fecales formándose en el fondo de éstos un lodo que debería aprisionar también al aluminio. Pero las mediciones de los niveles del aluminio disperso llegan hasta 30mg por litro, siendo su límite de tolerancia 20mg por litro.
El cloro en exceso, al reaccionar con la materia orgánica de origen natural presente en el agua captada de los ríos y caños, da lugar a la formación de compuestos conocidos como Trihalometanos (cloroformo,bromodiclorometano, clorodibromometano y bromoformo). La cantidad de trihalometanos es proporcional al volumen de gas cloro utilizado en el proceso de potabilización y éstos pueden ser absorbidos por los humanos al tomar el agua de los grifos o por contacto con la piel en la duchas o piscinas.
Los efectos nocivos de los trihalometanos en seres humanos no han sido totalmente estudiados pero son conocidos los impactos cancerígenos del cloroformo y del bromodiclorometano. Además, los cuatro trihalometanos están asociados con la presencia de tumores en el hígado y en los riñones y con la generación de formaciones cancerosas en la vejiga.
Los conceptos contenidos en cualquiera de los seis párrafos anteriores de este compacto informativo, justificarían, por si solos, una exhaustiva investigación de los órganos competentes del poder público y la declaratoria de un estado de emergencia en los estados Aragua, Carabobo y Cojedes que son servidos con aguas de las represas contaminadas.
Desde acá, exhortamos a Las comisiones de Ambiente de la Asamblea Nacional y de los Consejos Legislativos de Aragua, Carabobo y Cojedes y a la Fiscalía Ambiental del Ministerio Público para que, con la urgencia del caso, se pronuncien al respecto y se asuman las providencias necesarias para garantizar nuestra salud y nuestras vidas
FOTOS: Marifer Isaac López
Movimiento por la Calidad del Agua
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