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PUBLICADO POR EL DIARIO EL NACIONAL EN EL CUERPO CIUDADANOS EL SABADO 25-04-2009
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jueves, 23 de abril de 2009
ECOCIDIO EN LA CUENCA ALTA DEL RIO TURMERO
Desde Turmero, Estado Aragua, Venezuela, con ocasión de la celebración del DIA MUNDIAL DE LA TIERRA, reiteramos, una vez más la denuncia acerca de la devastación que se ha venido realizando durante los ultimos años en las montañas de Paya, también conocida como la montaña de Tamaira. En efecto, dos focos de invasión establecidos en los nacientes del Río Paya, han venido talando y quemando sin descanso los bosques montanos altos y bosques montanos nublados que colindan con el Parque Nacional Henri Pittier y con la zona bajo régimen de administración especial del Picacho Codazzi. Bosques enteros han desaparecido para dar paso a sembrados de fresa, duraznos, lulo y otras especies que nunca podrán suplir la función ecológica de la vegetación arrasada.
Para que se tenga una idea de la magnitud del ecocidio, en el año 2000 una Comisión de Imparques determinó que habían sido arrasadas veinte hectáreas de vegetación alta y desde ese momento, hasta la presente fecha, no se ha dejado de talar y quemar ni un sólo día. Es posible estimar que el área afectada puede llegar a cien hectáreas. Esa zona corresponde a la cuenca alta del Río Paya, el cual junto al Polvorín y al Pedregal, confluyen para formar el Río Turmero. Es una cuenca alta productora de agua y como tal esta protegida por la Ley de Aguas. Se estima que alrededor de las ¾ partes del agua que surte los acuíferos subterráneos de Turmero y sus alrededores se produce en esa cuenca.
A mas de la salvaje depredación de las especies de la fauna y de la flora, de la pérdida de los valores estéticos del paisaje y del aporte negativo al calentamiento global, este ecocidio genera dos situaciones muy dramáticas: el creciente descenso del nivel freático de la zona baja, en donde están los pozos profundos que surten el acueducto de la ciudad de Turmero, los cuales han mermado considerablemente su aforo y el grave riesgo de deslaves e inundaciones torrenciales tipo vargas que se ocasiona, al dejar al descubierto grandes extensiones de suelo frágil y húmedo en las pronunciadas pendientes de las montañas de Paya, las cuales forman parte de la Cadena del Litoral de la Cordillera de la Costa.
Hemos venido denunciando sistemáticamente que los centros poblados de la Parroquia Pedro Arévalo Aponte, la ciudad de Turmero y en general los bienes y las vidas de más de trescientas mil personas que vivimos aguas abajo, han sido colocadas en grave riesgo y las autoridades competentes: Fiscalía del Ministerio Público, Defensoría de los Derechos del Pueblo, Ministerio del Ambiente y Destacamento 21 de la Guardia Nacional, han sido omisivos, permisivos o negligentes para tomar las acciones administrativas, legales y coercitivas que son necesarias para poner freno a la amenaza que se cierne sobre nuestras vidas y propiedades.
Nuestro derecho a la vida y a la seguridad personal, la inmensa importancia que tiene para la humanidad la conservación del Ambiente no pueden ser vulnerados y pisoteados con tanta impunidad. Reiteramos nuestro llamado de siempre a las autoridades competentes y también a los consejos comunales, a los vecinos y a las organizaciones de la sociedad civil para que tomen conciencia de la grave situación que representa este ecocidio de la montaña de Tamaira.
Desde Turmero, Estado Aragua, Venezuela, con ocasión de la celebración del DIA MUNDIAL DE LA TIERRA, reiteramos, una vez más la denuncia acerca de la devastación que se ha venido realizando durante los ultimos años en las montañas de Paya, también conocida como la montaña de Tamaira. En efecto, dos focos de invasión establecidos en los nacientes del Río Paya, han venido talando y quemando sin descanso los bosques montanos altos y bosques montanos nublados que colindan con el Parque Nacional Henri Pittier y con la zona bajo régimen de administración especial del Picacho Codazzi. Bosques enteros han desaparecido para dar paso a sembrados de fresa, duraznos, lulo y otras especies que nunca podrán suplir la función ecológica de la vegetación arrasada.
Para que se tenga una idea de la magnitud del ecocidio, en el año 2000 una Comisión de Imparques determinó que habían sido arrasadas veinte hectáreas de vegetación alta y desde ese momento, hasta la presente fecha, no se ha dejado de talar y quemar ni un sólo día. Es posible estimar que el área afectada puede llegar a cien hectáreas. Esa zona corresponde a la cuenca alta del Río Paya, el cual junto al Polvorín y al Pedregal, confluyen para formar el Río Turmero. Es una cuenca alta productora de agua y como tal esta protegida por la Ley de Aguas. Se estima que alrededor de las ¾ partes del agua que surte los acuíferos subterráneos de Turmero y sus alrededores se produce en esa cuenca.
A mas de la salvaje depredación de las especies de la fauna y de la flora, de la pérdida de los valores estéticos del paisaje y del aporte negativo al calentamiento global, este ecocidio genera dos situaciones muy dramáticas: el creciente descenso del nivel freático de la zona baja, en donde están los pozos profundos que surten el acueducto de la ciudad de Turmero, los cuales han mermado considerablemente su aforo y el grave riesgo de deslaves e inundaciones torrenciales tipo vargas que se ocasiona, al dejar al descubierto grandes extensiones de suelo frágil y húmedo en las pronunciadas pendientes de las montañas de Paya, las cuales forman parte de la Cadena del Litoral de la Cordillera de la Costa.
Hemos venido denunciando sistemáticamente que los centros poblados de la Parroquia Pedro Arévalo Aponte, la ciudad de Turmero y en general los bienes y las vidas de más de trescientas mil personas que vivimos aguas abajo, han sido colocadas en grave riesgo y las autoridades competentes: Fiscalía del Ministerio Público, Defensoría de los Derechos del Pueblo, Ministerio del Ambiente y Destacamento 21 de la Guardia Nacional, han sido omisivos, permisivos o negligentes para tomar las acciones administrativas, legales y coercitivas que son necesarias para poner freno a la amenaza que se cierne sobre nuestras vidas y propiedades.
Nuestro derecho a la vida y a la seguridad personal, la inmensa importancia que tiene para la humanidad la conservación del Ambiente no pueden ser vulnerados y pisoteados con tanta impunidad. Reiteramos nuestro llamado de siempre a las autoridades competentes y también a los consejos comunales, a los vecinos y a las organizaciones de la sociedad civil para que tomen conciencia de la grave situación que representa este ecocidio de la montaña de Tamaira.
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